
Nuevamente la Guerra está en el centro de la discusión. En parte por la increíble entrega del Nobel de Guerra, perdón, quise decir Paz, a Barack Obama. En parte también y mucho más importante, porque los pueblos ya despertaron del ”mal sueño” de pensar que un representante del imperio -así sea negro- vaya a cambiar las cosas.
La guerra es un instrumento de dominación utilizado por los imperios para imponer sus políticas. Si podemos echarle una mirada al imperio romano a través de la historia, veremos que lo mismo que en esos tiempos hacía el imperio romano lo está haciendo ahora el imperio estadounidense.
En acto desesperado ante la defensa que los pueblos hacen de sus riquezas y de sus vidas, el imperio sigue utilizando el único instrumento que tiene: La Guerra. No hay ”poder inteligente” sino el mismo garrote que siempre ha esgrimido el imperio norteamericano. Porque ya hemos visto que no hay aplicadores más sanguinarios de las políticas imperiales que las mujeres que llegan a altas posiciones. Y ello es así porque como dice un investigador gringo: ”Los hombres hacemos la guerra porque las mujeres nos impulsan a ello. Si ellas no permanecieran esperándonos en casa y supliendo el trabajo que no pueden hacer los combatientes, y adoptaran la posición de condena a la guerra, otra sería la actitud de los ”patriarcas””.
La naturaleza del imperio es profunda e indisolublemente violenta. Ello fue categorizado por los fundadores del marxismo-leninismo, y hoy y ayer tiene la característica de axioma. Es notable que los guerreristas ”puros” terminan cediendo el puesto a los ”guerreristas disfrazados de pacifistas”. El caso Bush-Obama es ilustrativo. Hoy lo vemos hablando de utilizar ”los instrumentos de la guerra” para que juegen un ”papel en la paz”, pero esconde la esencia de las guerras adelantadas por el imperio yankee: Guerras de invasión, guerras de expolicación. Guerras que son adelantadas en este momento para apoderarse de todos los recursos del planeta, estén dónde estén, porque según la óptica imperial todos son de Estados Unidos, lo único fue que quedaron mal distribuidos.
La piel utilizada por Obama, como el ”efecto teflón”, no resiste las temperaturas que produce la lucha popular. Los guerreristas imperiales de todos los pelambres van quedando al desnudo y por muchos esfuerzos que hagan los medios terroristas mediáticos para presentarlos como ”inteligencias superiores”, lo cierto que es que no hay nada más vulgar que esos ”lobos disfrazados de ovejas”.
Igualmente es una verdad de a puño que con sus posiciones dan más que razones a los pueblos en sus luchas contra el enemigo número uno de los pueblos: El imperio estadounidense. Al propio pueblo de los Estados Unidos le tocará la inmensa tarea de vencer en su propio suelo a los guerreristas internos de todos los pelambres. Que ellos allá hagan lo correspondiente, que nosotros en cada uno de nuestros países haremos lo imprescindible. De ésta manera venceremos al imperio y entraremos en una etapa de construcción del verdadero futuro para los pueblos. Construir el Socialismo. De diferentes maneras de acuerdo con las condiciones de cada país, pero Socialismo al fin y al cabo.
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