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Ya estaba cantada. La reunión de presidentes de Mercosur trataría lo relativo a las bases estadounidenses en territorio colombiano. El presidente Hugo Chávez de Venezuela llamó la atención sobre esto y la posibilidad cada vez más real de convertir la región en un nuevo Medio Oriente.

Las condiciones están dadas. Un sempiterno odio de la oligarquía colombiana -ahora devenida en narco-para-oligarquía- hacia el vecino país en donde naciera nuestro Libertador, chauvinismo excarcebado por la ´envidia´ que sienten ante las realizaciones del gobierno bolivariano y sus enormes riquezas petroleras, un fascista en representación de la narco-para-oligarquía que es capaz de hasta lo inimaginable con tal de servir bien, y hasta más, a la bota del Tío Sam, y un imperialismo estadounidense que pretende recuperar su ´patio trasero´ y expoliar las enormes riquezas de los países latinoamericanos.

El para-quito Uribhitler le tembló ´el asterisco´ -como dicen en el programa ´La Ponzoña´ de Radio Café Stéreo-, y no fue a Quito, entonces Cristina Fernández en genial maniobra propuso una reunión en Argentina, con la propuesta adicional de Ecuador que quien no fuera a dicha reunión quedaba de hecho excluído de MERCOSUR.

Y claro, como Uribhitler y la oligarquía colombiana han visto que los dólares se les van de la mano -ya Argentina ha firmado convenios de compra de 10 mil automóviles que iban a ser comprados a Colombia, y otros convenios más-, ahora sí Uribhitler sale a decir que va a Argentina, pero sin embargo firma el convenio de las bases gringas porque ante el gringo nada puede hacer porque lo tienen agarrado de los güe..., y trata de salvar la maltrecha economía colombiana que perdería a su segundo comprador, algo así como más de 5,5 millones de dólares.

Son tan geniales los ideólogos colombianos y gringos que ante una Venezuela y un Ecuador que no se quieren dejar manosear y patear por los sionistas-colombianos, es decir, Uribhitler y su ´camorra´, y gallardamente, de frente, anuncian sus intenciones. Detrás de todo está la mano que mueve a los títeres y el titiritero se disfraza como el lobo que quería comerse a caperucita roja.

Lo que pretenden ignorar el titiritero y los títeres es que las caperucitas rojas están dispuestas a defender su integridad, su independencia y su soberanía nacional al precio que sea, incluso ofrendando sus propias vidas como lo está demostrando el valeroso pueblo hondureño. Son miles de miles de cazadores que están dispuestos a darle al lobo su merecido.

Y colorín colorao, este cuento no ha terminado...