Nada más preciso que los aberrantes sucesos en Honduras para que el narco-paramilitar régimen colombiano se mire en ese espejo y vea cuán profundo es el aborrecimiento de los pueblos a los que violentan su mandato. Y también de la comunidad internacional.

Precisamente en el día de hoy lunes el narco-paramilitar presidente Uribhitler será recibido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la visita del primero está cargada de interrogantes sobre la manera ilegal e ilegítima que Uribhitler ha utilizado para permanecer como inquilino de la Casa de Nariño, hoy convertida por Uribhitler y sus socios mafiosos en ´Casa de Nari´.

Los escándalos de la narco-para-política, la yidis-política y la referendo-política uribistas muestra a las claras la cantidad de delitos cometidos por los socios de Uribhitler y por éste mismo para seguir en el poder. Escándalos que han llevado la credibilidad del régimen colombiano a su punto más bajo en toda la historia y ello estará presente en el encuentro Obama-Uribhitler, claro que por la diplomacia del presidente gringo sólo será tocado de manera muy sutil.

Igualmente estarán bajo la lupa del gobierno de Estados Unidos las persistentes y consuetudinarias violaciones de los derechos humanos de los colombianos, no solamente de las ejecuciones extrajudiciales (llamadas por el régimen y sus perifoneadores, ´falsos positivos´), sino también de las masacres, las desapariciones forzadas, y el desplazamiento de campesinos e indígenas. El Relator Especial de la ONU para las ejecuciones extrajudiciales, Philip Alston, en su Informe ha señalado el carácter sistemático de éstas violaciones, pero es necesario señalar que son igualmente para todas las violaciones de derechos humanos.

Amén que el encuentro abordará también los esfuerzos desesperados del régimen narco-paramilitar por hacerse re-elegir, cometiendo los mismos delitos que cometió en el 2006 con la yidis-política y en el 2002 con la elección fraudulenta.